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Review del DJS-1000, el sampler para cabinas de Pioneer DJ

Introducción

El Toraiz SP-16 fue el primer sampler que Pioneer DJ sacó al mercado, también su primer “instrumento” moderno orientado a producción musical y con guiños a su gama de productos DJ ya que incorporaba el protocolo Pro DJ Link que le permitía comunicarse con los reproductores de la marca, amén de contar con un layout bastante “usable” dentro de una cabina. Por si no fuera poco, integraba filtros y distorsión analógica diseñada por Dave Smith, que siguió posteriormente su colaboración con Pioneer diseñando el siguiente instrumento de la marca, el Toraiz AS-1.

Hace unos meses llegó el DJS-1000, un dispositivo que básicamente es una profunda y directa adaptación del SP-16 a las cabinas de los DJs; este aparato no es que tenga guiños, es que se ha diseñado específicamente para poder ser usado en una cabina, empezando por adaptar su forma externa y hacerlo casi igual a un reproductor. La interfaz gráfica del aparato y su workflow es muy similar al del SP-16, pero se han quitado algunas funciones y se han añadido otras nuevas más pensadas para el uso en directo, y también se han adaptado algunos controles.

Hemos pasado unas semanas con el DJS-1000 y hemos hecho de todo con el sampler. En el artículo de hoy os detallaremos su funcionamiento y sus puntos fuertes y débiles. ¿Preparados? Pues empezamos.

Construcción y controles

El DJS-1000 está totalmente construido externamente en plástico negro de color mate, pero a pesar de que Pioneer haya prescindido una cubierta metálica para el dispositivo, el acabado general de su exterior es muy bueno. Es plástico, sí, pero tiene un tacto bastante sólido y compacto, asó como un acabado muy cuidado. Todos los potenciómetros del dispositivo tienen recubrimiento de goma, y el tacto de los botones es el mismo que en cualquier reproductor o mesa Pioneer DJ, montaje sin holguras y click rápido sin necesidad de hacer excesiva fuerza.

El encoder que hay junto a la pantalla es bien duro, seguramente por las críticas que han recibido algunos reproductores de Pioneer en los que con el paso del tiempo esta pieza queda demasiado suelta por el desgaste; bien por Pioneer por tener esto en cuenta. El control de tempo es un fader  –esto el Toraiz SP-16 no lo tenía– idéntico al que montan los reproductores Pioneer, suave en el recorrido y con poca resistencia. La pantalla táctil es la misma de alta resolución que montan tanto los XDJ-1000MK2 como los CDJ-2000NXS2, muy buena visibilidad, sin ghosting y de tipo resistivia –necesita “presión” para registrar los toques sobre ella y no es multitáctil–.

La matriz central de pads de goma es sencillamente maravillosa. Ha aumentado el tamaño con respecto a los del SP-16 –que eran rectangulares y estos totalmente cuadrados– y creo que son ligeramente más blanditos. De los mejores pads que he tocado en un aparato de gama alta, infinitamente mejores que los del controlador DDJ-XP1 –ni punto de comparación– y compitiendo con los de las últimas Maschine –y para mucha gente estos van a ser mejores–. Los pulsadores transparentes de la parte inferior son muy similares a los que hemos visto en unos cuantos productos Roland, aunque más grandes y a mi juicio estos son un poco más duros de accionar.

Respecto a cantidades y ubicaciones, en el centro hay 16 pads, debajo 16 pulsadores, sobre todo esto hay 8 encoders infinitos cuya función cambia según lo que estemos haciendo con el aparato y bajo ellos cuatro botones para elegir modos de trabajo. A la izquierda de los encoders infinitos tenemos otro potenciómetro y un botón para activar efectos –al estilo mesa DJM– y bajo él una tira táctil multiuso. En el lado izquierdo de la pantalla tenemos 3 botones más para cambiar de modo el aparato y acceder a diversos menús.

No podían faltar cuatro botones directamente traídos de los reproductores Pioneer DJ, por un lado los clásicos CUE y PLAY en formato redondo y con luz parpadeante, y los redondos también pero pequeños Sync y Master, que los tenemos sobre el control de pitch.

Los más avispados ya se habrán dado cuenta de lo que falta si lo comparas con el SP-16: se han retirado los filtros y la distorsión analógica de Dave Smith. ¿Es una grave omisión? Bajo mi punto de vista no es algo especialmente dramático, tampoco era un elemento del SP-16 que pasado un tiempo usaras demasiado; a fin de cuentas el objetivo para el que está diseñado este sampler es estar en una cabina de DJ conectado a una mesa de DJ donde probablemente tendrás varios tipos de filtros, que aunque no sean hecho por Dave Smith,  sí son lo suficientemente buenos. Y de paso es obvio que un recorte así permite que el producto sea más asequible.

Conexiones

Respecto a entradas y salidas, este aparato tiene muchas más que el típico reproductor, pero menos que las que monta el Toraiz SP-16. En la parte frontal tiene doble salida de auriculares con potenciómetro de volumen, y en la parte de atrás cuenta con dos salidas independientes, una en formato RCA y la otra en formato TS, así como una entrada también en TS. Aquí obviamente es donde encontramos uno de los motivos para que este dispositivo sea más barato que el Toraiz, ya que en ese modelo contamos con el doble de salidas, y además todas son TS.

Disponemos también de entrada y salida MIDI en conectores DIN de 5 pines, puerto USB tipo B para conectar a un ordenador y conexión ethernet para el protocolo Pro DJ Link. Y al lado de la pantalla un conector USB tipo A para dispositivos de almacenamiento. A diferencia del Toraiz, esta es la única opción de almacenamiento para el usuario, ya que en el almacenamiento interno sólo hay proyectos de muestra que no se pueden borrar para guardar proyectos de usuario ni tampoco hay lector de Tarjetas SD.

¿Cómo se usa?

Con el DJS-1000 me ha gustado jugar a algo con lo que juego en ocasiones cuando tengo que hacer una review, y es a no leer el manual –por favor no hagan esto en casa– y tratar durante dos o tres días a conseguir averiguar por mi mismo cómo funciona el aparato. Esto siempre sirve para hacerte una visión muy clara de la usabilidad de  un dispositivo y de hasta que punto los ingenieros, programadores y diseñadores que hay tras el desarrollo de la máquina conocen bien al tipo de público al que están dirigiendo el dispositivo. En esta ocasión “el juego” estaba algo viciado porque yo ya había probado el SP-16 tiempo atrás, pero con todo, me habían advertido que el DJS-1000 guarda diferencias con el SP-16, la mayoría de ellas pensadas para el directo y para los DJs, así que quise ver claro si realmente este nuevo aparato estaba pensado para el directo y si poniéndome “las gafas de DJ” –me he dedicado en esta vida a otras cosas relacionadas con la música aparte de pinchar– podía dilucidar si un DJ sacaría provecho del aparato en poco tiempo si se lo pusieran junto a sus reproductores en su setup habitual. Os hago un pequeño spoiler: la gente que sea meramente DJ iba a sacar un provecho limitado del aparato, y con esto no pretendo llamar “tonto” o “corto” a la gente que sea exclusivamente DJ, que nadie se equivoque, es que sencillamente la curva de aprendizaje para algunas de las funciones más interesantes del aparato se alejan muchísimo de lo que supone aprender a manejar un reproductor o un soft`ware de DJ. Pero empecemos por el principio, y repito, poniéndonos las gafas de DJ.

Al encender el aparato lo primero que observará un DJ es que aterriza en el menú “Project” y que el DJS-1000 tiene toda su interfaz en inglés, y esto no es modificable. Aquí me voy a mojar bastante, en primer lugar advirtiendo de que aunque considero que en el panorama musical profesional saber inglés es imprescindible, pero también señalando que dados los precios que se pagan por esta clase de dispositivos y la capacidad de almacenamiento y proceso de que disponen, ya podrían dar la opción de ver las cosas en varios idiomas, incluyendo el castellano. Hay software más económico que este hardware que se traduce, y esta crítica vale para Pioneer DJ y para más marcas. 

Bien, desde el mencionado menú, podemos guardar el trabajo en curso en forma de proyecto normal o que contenga todas las muestras usadas, cargar un proyecto –vienen unos cuantos de demostración interesantes en una rom de sólo lectura del aparato–, borrar uno existente o empezar uno nuevo. Bien, aquí hay que especificar claramente que a diferencia del SP-16 no podemos guardar proyectos o samples a no ser que pinchemos un pendrive y lo guardemos en é, y que el tampoco podemos eliminar las muestras y proyectos precargados de fábrica para poner propios.

Pegar un vistazo a los proyectos precargados puede ser entretenido, pero es preferible ir directamente a tratar de crear uno nuevo propio para conocer rápidamente la máquina. Así que la acción obvia es moverte con el encoder hasta esa opción y pulsarlo. Al hacerlo se nos presentará en pantalla una matriz con 16 “disparadores”, que corresponden a los 16 pads que hay debajo, y a su vez a los 16 canales del mixer interno del aparato. Esos disparadores pueden contener loops o muestras one-shot que pueden dispararse en cualquier tonalidad gracias al modo Scale del aparato –que además se puede configurar para que la iluminación de los pads nos indique cualquier modo para las escalas–, o bien podemos reservar el trigger para disparar notas MIDI y mensajes CC a un instrumentos externo a través de la salida MIDI del aparato. Hay un modo MIDI especial por si conectas un Toraiz AS-1 de Pioneer DJ pero al no poder disponer de ninguno no me paré a analizar si había diferencias.

Desde la pantalla principal podemos ir tocando sobre los distintos disparadores para asignar las muestras –de como máximo 32 segundos– cargándolas desde un navegador de archivos del aparato, aplicar una envolvente, un efecto y asignar un LFO a la reproducción, así como definir el principio y final de reproducción de cada muestra. Por cierto, al igual que con el SP-16 no pueden generarse instrumentos multimuestra.

Crear patrones bastante sencillo, pueden ser de hasta 4 compases, y los disparos de loops o percusión se programan fácilmente o bien con el secuenciador por pasos mediante 16 botones en la parte inferior o bien pulsando en grabar y simplemente interpretando desde los pads. La cosa se complica cuando quieres secuencias algo melódico, ya que aunque puedes hacerlo interpretando desde el modo “Scale”, la edición posterior es igual de tediosa que con el SP-16 ya que no pueden ver la tonalidad de cada nota en pantalla si no que se ilumina en cada paso el pad que pulsaste. Para cambiar la nota debes dejar pulsado el botón del secuenciador de abajo al tiempo que pulsas el pad correspondiente arriba. 

Cada grupo de 16 disparadores es una escena, puedes crear 16 escenas por proyecto con diferentes muestras o control sobre instrumentos externos, y en cada escena 16 patrones de hasta cuatro compases. Pero el principal problema a la hora de preparar música con el DJS-1000 es que el dispositivo sencillamente no tiene “Arranger”, es decir, no puedes crear 16 patrones de música y luego programar un orden en el que se reproduzcan los patrones secuencialmente, únicamente luego podrás tú en directo cambiar manualmente entre los patrones o entre los compases de los mismos. Personalmente esto me parece un monumental error, y desconozco totalmente el motivo de haber tomado esta decisión, no sé si es estratégica para que este producto no canibalice el SP-16 o técnica por recortes en la capacidad de este dispositivo. Otro problema que le encuentro al dispositivo es que en ciertas ocasiones no tienes claro si la interfaz debes usarla tocando sobre la pantalla táctil o emplear alguno de los controles físicos. No es demasiado complicado cargar muestras y hacer secuencias a pesar del tedio que supone editar melodías, pero creo que ya que se han marcado algunas diferencias con el SP-16 deberían haber también mejorado simplificado procesos para entrar más fácilmente a los DJs. Probablemente los DJs que se dediquen también a producción no tendrán problema, pero los que sólo han pinchado música hasta el momento y les apetezca probar a introducir un sampler en su setup, les va a costar un poquito hacerse con algunos aspectos del aparato.

Respecto, a los efectos, el cambio a un único efecto por disparador obedece al hecho de que ahora dispones de un control de efectos tipo DJM en el lateral izquierdo del sampler que se aplica en tiempo real y con la intensidad que tú decidas a los elementos de la escena –“tracks”– que tú elijas. Estos efectos se denominan en el DJS-1000 “Performance FX” y son 8: Filtro paso alto y paso bajo, dub echo, pitch echo, pitch, lo-fi, reverb y plate reverb.

La tira táctil yo diría que es idéntica a la que montaba el Toraiz, pero con la posición del botón “Hold”  cambiada a un lateral –personalmente me parece más cómodo así– y con esta tira táctil podemos controlar la tonalidad de la muestra que estemos disparando en ese momento, usar la función “Repeat”para poder re-disparar automáticamente cualquier sonido, siendo la tira para ajustar la velocidad de redisparo de forma que se puedan crear redobles de intensidad variable o meros disparos rítmicos ocasionales. Tiene dos modos de uso más personalizables por el usuario, y en los menús para dicha personalización podemos elegir controlar cualquier parámetro de cualquier elemento del proyecto que tengamos cargado en ese momento; desde el ataque o el decaimiento de la envolvente aplicada a una de las muestras hasta alguno de los parámetros del efecto que otra muestra tiene asignado.

Respecto a la integración con otros equipos DJ, debo decir unas cuantas cosas, y varias de ellas muy  positivas. El dispositivo se puede integrar sin problema en una red Pro DJ Link ocupando el mismo lugar que ocuparía un reproductor –aunque no puede cargar proyectos guardados en dispositivos de almacenamiento que estén conectados a otros reproductores de la misma red– y puede tanto sincronizar el tempo de reproducción de los patrones automáticamente con el reproductor master de la red, o directamente ser el DJS-1000 el master de la red.

Sin embargo hay algo mucho más interesando en el DJS-1000 y son sus entradas y salidas MIDI, así como también un generador de MIDI clock que va sincronizado con el tempo indicado en el protocolo Pro DJ Link. El MIDI clock que genera el aparato es muy preciso, y sirve para sincronizar elementos externos otras marcas con toda la red Pro DJ Link sin que haya problema alguno, y también funciona a la inversa, puede esclavizarse el aparato al MIDI clock de algo externo para después esa señal de MIDI clock sea el tempo al que ponemos la red Pro DJ Link. En definitiva, es el mejor producto autónomo que podrás encontrar para sincronizar una red Pro DJ Link con dispositivos musicales externos de otras marcas y viceversa.

El software complementario

Pioneer DJ tiene para descarga libre desde su web un software para crear proyectos y escenas para el DJS-1000 y desde que se actualizó el firmware del Toraiz SP-16 también el software sirve para ese dispositivo. Básicamente el software está pensado para elaborar desde un ordenador pryectos y escenas –conjuntos de muestras asignadas a los pads del dispositivo– para luego exportarlos directamente al DJS-1000. El software no permite desarrollar patrones musicales.

El programa es bastante sencillo de usar, aunque por el momento está bastante “verde”. Sólo permite exportar los proyectos desde el ordenador al sampler si este está conectado por USB al ordenador, con lo que se desaprovecha el que tengas el DJS-1000 conectado por ethernet a una red de dispositivos Pro DJ Link; espero que en breve lo actualicen para que no sea necesario tener que conectarlo por USB y aproveche a fondo las redes Pro DJ Link. Por otra parte, si soy totalmente sincero casi preferiría que en lugar de actualizar el programa, integren sus funciones  dentro de el ya existente Rekordbox y así evitar tener que usar varios programas para dispositivos de la misma marca.

Resultados al utilizarlo

El dispositivo cumple muy bien las funciones para las que ha sido diseñado, que es servir como herramienta para disparar patrones musicales creados a partir de muestras durante una sesión DJ. La forma de trabajar con el DJS-1000 permite que te lleves todo el trabajo preparado de casa o que en directo improvises ritmos y melodías. Esto último se realiza sin excesiva dificultad siempre y cuando tengas algo de experiencia en cuestiones de creación musical; que nadie piense que por comprarse este aparao la música va a surgir mágicamente de sus manos.

La integración con un conjunto de reproductores Pioneer DJ es perfecta, y su MIDI clock es francamente fiable –algo que escasea hoy en día– y útil para sincronizarte con cajas de ritmo y sintes de otros fabricantes, e incluso para secuenciarlos desde el propio DJS-1000. La única pega que se le puede poner al aparato al respecto de la integración en un setup de directo es que a diferencia del Toraiz SP-16, dentro de una red Pro DJ Link ocupa uno de los 4 “espacios” disponibles para un reproductor, con lo que siempre podrá acompañar como máximo a 4 reproductores.

Los Performance FX del DJS-1000 no te darán ninguna sorpresa negativa, son los “típicos” –y lo digo sin ninguna connotación negativa– efectos Pioneer que gustan a todos los DJs y a los que el público está acostumbrado, con una calidad resultante que va desde lo correcto a lo muy bueno. Se echan en falta algunos efectos más de modulación, pero con los que hay se pueden hacer muchísimas cosas interesantes.

Los más novatos en manejar este tipo de dispositivos van a tener que pegarle unas cuantas miradas al manual, ya que aunque algunas funciones son bastante intuitivas, otras no tanto. Por ejemplo, respecto al workflow del aparato, en ocasiones no tienes claro si para manejar, activar, o acceder a determinadas funciones debes recurrir a la pantalla táctil o a alguno de los controles físicos del DJS-1000. No obstante los que estén habituados a manejar maquinaria de producción probablemente ni tengan que mirar el manual.

El sampler sigue siendo un poco tedioso en los aspectos de edición de partes melódicas, algo que ya le ocurría al Toraiz SP-16 y aquí ha cambiado poco. Hay que ir a la secuencia, seleccionar el evento que dispara la nota y después manualmente cambiar la nota sin ver realmente cuál es la nota hasta que la seleccionas.

Conclusiones

El DJS-1000 es probablemente el mejor sampler que puedes usar en combinación con un conjunto de reproductores Pioneer DJ. Su integración con el protocolo Pro DJ Link es lo que lo hace clave, y que le hayan dado forma de reproductor, así como el aumentar el tamaño de pads y botones del secuenciador por pasos, y la adecuación a la “ergonomía DJ” de otros controles –como el pitch o los botones de Play/Cue–  hace más viable su integración en una cabina DJ. Además puede utilizarse de “puente” entre un setup Pioneer DJ y equipamiento musical de otras marcas gracias a que puede enviar secuencias MIDI a otros equipos y además convierte en MIDI clock el tempo que se registra en el dispositivo máster de una red Pro DJ Link. Adicionalmente, el que hayan reducido su coste con respecto al Toraiz SP-16 con unos recortes que no son especialmente duros, probablemente haga que los que no adquirieron el anterior sampler de la marca para su cabina por motivos económicos esta vez no tenga excusa alguna para no hacerlo.

Pero ojo, hay que entender bien lo que se compra. El dispositivo está claramente diseñado para directo, la ausencia de un modo Arranger, la eliminación del segundo FX de cada sonido en favor de la creación del Performance FX, o la eliminación del almacenamiento interno y de varias salidas individuales, son una clara señal del producto que han querido hacer. Estos cambios son un claro signo de esa “especialización” del producto, a pesar de que habrá quien lo quiera ver como “fallos” o deficiencias. Si piensas lo segundo, es porque necesitas un dispositivo más pensado para producción, y para eso debes o bien pensar mejor en adquirir el Toraiz SP-16, o mirar en dirección a marcas muy asentadas en esa actividad, como Elektron o Akai.

En el lado “mejorable” de las cosas tenemos por una parte la eliminación total del almacenamiento interno –hay proyectos y muestras precargadas, pero no puedes guardar nada si no pones un pendrive–, especialmente en los tiempos que corren en los que el almacenamiento ha mejorado muchísimo en costes. También hay que recordar que cuando integremos un DJS-1000 en una red de equipos Pro DJ Link este ocupará el lugar de uno de los 4 reproductores que puede formar parte de este tipo de redes, con lo que como máximo podremos acompañarlo de 3 reproductores.

Para acabar señalar que a los que no les convenza el aspecto del DJS-1000 a mediados de octubre –puede que incluso un poco antes– saldrá a la venta una versión en blanco del dispositivo. Por el momento se desconoce si tendrá un precio más elevado o si serán unidades limitadas, pero los que tengan una cabina Pioneer DJ con dispositivos en color blanco no necesitarán romper la estética de su cabina para integrar el aparato, y la estética ya sabemos todos que es algo que frecuentemente aprecian los DJs.